Sabemos que el ejercicio regular es bueno para nuestra salud en general, pero ¿sabían que eso también incluye ayudar a aliviar problemas digestivos?
Les explicaremos a fondo cuán beneficioso es el ejercicio para la digestión.
Si bien la nutrición tiene mucho que ver con eso, el ejercicio y, en general, la actividad física, también juega un papel muy importante en el funcionamiento de nuestro sistema digestivo.
Cómo el ejercicio afecta la función digestiva
Con el tiempo, el ejercicio regular ayuda a fortalecer el tracto digestivo y a mantener el intestino sano. La evidencia sugiere que el ejercicio regular tiene otros beneficios para el sistema digestivo que incluyen mejorar la microbiota que se encuentra en el intestino y reducir el riesgo de cáncer de colon.
Por el contrario, a medida que se vuelve menos activo, su flujo intestinal tiende a disminuir.
La actividad física también puede tener beneficios a corto plazo para nuestra digestión. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo hacia los músculos y el tracto digestivo, lo que puede ayudar a mover los alimentos a través del tracto digestivo.
También se ha demostrado que el ejercicio alivia la acidez, los gases, los calambres estomacales y el estreñimiento.
Cuando y que comer antes de hacer ejercicio
En su mayor parte, el ejercicio es beneficioso para la salud digestiva; sin embargo, demasiado ejercicio o el ejercicio en el momento adecuado para comer pueden tener efectos negativos en la digestión.
Por ejemplo, si acaban de comer antes de un entrenamiento, puede experimentar problemas gastrointestinales como malestar estomacal, dolor abdominal, acidez, distensión abdominal y estreñimiento.
Esto es especialmente cierto si ha ingerido una comida rica en grasas y proteínas. Cuando comen, aumenta el flujo de sangre alrededor de su estómago e intestinos para ayudar a su cuerpo a digerir la comida.
Por lo tanto, si comienza a hacer ejercicio sin darle a su cuerpo el tiempo suficiente para digerir la comida, la mayor parte de la sangre será transportada desde su estómago hasta su corazón y otros músculos.
Tómense al menos 1-2 horas para digerir antes de un ejercicio intenso y 2-3 horas si han ingerido una comida rica en grasas y proteínas. Si necesita comer más cerca de un entrenamiento, traten de comer alimentos fáciles de digerir, como los que tienen un alto contenido de carbohidratos y un bajo contenido de grasas.
Los plátanos, las tostadas y la avena son buenas opciones. Además, asegúrense de mantenerse hidratados mientras hacen ejercicio, ya que la deshidratación es una de las principales causas de problemas gastrointestinales.
Ejercicios que estimulan la digestión
Los ejercicios aeróbicos, como correr, andar en bicicleta y nadar, son formas excelentes de mejorar la salud intestinal porque aumentan el flujo sanguíneo a los órganos, incluido el tracto gastrointestinal.
Esto da como resultado contracciones intestinales más fuertes y más enzimas digestivas.
Si no pueden realizar ejercicios aeróbicos, la buena noticia es que existen otras formas menos exigentes de mejorar su salud intestinal, ya que incluso los ejercicios menos extenuantes ayudan con la salud digestiva.
Ciertos tipos de estiramientos abdominales y posturas de yoga pueden ayudar a aumentar el flujo sanguíneo al sistema digestivo y pueden fortalecer los músculos, lo que se ha demostrado que ayuda a promover la digestión.
Actividades como caminar pueden apoyar la salud digestiva (y sí, esas caminatas después de una comida abundante ayudan a mejorar la digestión).
